
Glaucoma de ángulo abierto
13 Marzo 2025
El glaucoma es una de las principales causas de ceguera en el mundo. Se trata de una enfermedad ocular progresiva que daña el nervio óptico, generalmente debido a un aumento en la presión intraocular. Es conocido como "el ladrón silencioso de la visión", ya que en sus primeras etapas no presenta síntomas perceptibles.
El glaucoma de ángulo abierto es la forma más común de glaucoma. En esta condición, el sistema de drenaje del ojo (malla trabecular) deja de funcionar eficientemente, lo que provoca una acumulación de humor acuoso y, en consecuencia, un aumento en la presión intraocular. Con el tiempo, esta presión elevada daña las fibras del nervio óptico, causando pérdida gradual de la visión periférica.
Algunos factores que pueden aumentar el riesgo de desarrollar glaucoma de ángulo abierto incluyen:
- Edad avanzada (mayores de 40 años tienen mayor riesgo)
- Antecedentes familiares de glaucoma
- Hipertensión ocular
- Diabetes y enfermedades cardiovasculares
- Uso prolongado de corticoides
- Miopía alta
Síntomas
En sus primeras etapas, el glaucoma de ángulo abierto no causa dolor ni cambios visibles en la visión. Sin embargo, a medida que progresa, puede generar:
- Pérdida gradual de la visión periférica (como si se mirara a través de un túnel).
- Dificultad para ver con poca luz.
- Zonas ciegas en el campo visual. Si no se trata, la enfermedad puede avanzar hasta una pérdida completa de la visión.
Tratamiento
El tratamiento tiene como objetivo reducir la presión intraocular y prevenir el daño adicional al nervio óptico. Las opciones incluyen:
- Medicamentos (gotas oftálmicas): ayudan a reducir la producción de humor acuoso o a mejorar su drenaje.
- Láser (trabeculoplastia): facilita el drenaje del líquido ocular.
- Cirugía: en casos avanzados, se pueden realizar procedimientos para crear nuevas vías de drenaje, como la trabeculectomía.