
¿Por qué la visión cambia con la edad?
30 Octubre 2025
A lo largo de la vida, nuestros ojos, al igual que el resto del cuerpo, atraviesan transformaciones naturales. Estos cambios pueden afectar la manera en que vemos, la nitidez de las imágenes o incluso la capacidad de enfocar objetos cercanos o lejanos. Entender por qué ocurre esto es clave para cuidar la salud visual y detectar a tiempo cualquier alteración.
El envejecimiento ocular es un proceso natural
Con el paso de los años, los tejidos del ojo van perdiendo flexibilidad y capacidad de regeneración. El cristalino —el lente interno natural del ojo encargado de enfocar las imágenes— se vuelve menos elástico y más opaco. Este proceso, conocido como presbicia, suele comenzar a notarse a partir de los 40 años, cuando se dificulta la lectura de cerca, o el uso del celular sin alejarlo.
Además, la producción de lágrimas puede disminuir, lo que provoca sequedad ocular, sensación de arenilla o visión borrosa ocasional.
Cambios comunes en cada etapa
Entre los 40 y 60 años:
- Aparece la presbicia (vista cansada).
- Aumenta la necesidad de luz para leer o trabajar.
- Puede presentarse fatiga ocular con el uso prolongado de pantallas.
Después de los 60 años:
- Se incrementa el riesgo de cataratas, una opacificación del cristalino (el lente natural del ojo) que afecta la claridad visual.
- También aumentan las probabilidades de desarrollar glaucoma o degeneración macular relacionada con la edad (DMRE), dos enfermedades que pueden comprometer la visión si no se detectan a tiempo.
- Los reflejos visuales se vuelven más lentos, y la sensibilidad al contraste disminuye, lo que puede afectar la conducción nocturna.
El papel de los hábitos y la prevención
Aunque el envejecimiento es inevitable, hay mucho que podemos hacer para mantener una buena visión por más tiempo.
Algunos consejos prácticos incluyen:
- Realizar un examen visual anual, especialmente después de los 40.
- Usar protección solar ocular (gafas con filtro UV).
- Mantener una alimentación rica en antioxidantes, vitaminas A, C y E, y omega-3.
- Evitar el tabaco, ya que acelera el daño ocular.
- Controlar condiciones sistémicas como la diabetes o la hipertensión, que también afectan la salud de los ojos.










